Uno de los problemas que más suele preocuparnos a la hora de decorar nuestro hogar tiene que ver con la cantidad de luz natural que ilumina las distintas estancias. En función de la orientación y de otros factores puede que tengamos más o menos luz, aunque por suerte siempre estamos a tiempo de minimizar esa escasez.
¿Quieres saber cómo? A continuación te doy 10 sencillos trucos que harán que tu casa tenga más luz sin tener que recurrir a las socorridas lámparas, que evidentemente también son fundamentales.
Coloca espejos
Los espejos son una maravilla. No solo para peinarnos y cosas por el estilo, ya que también nos permiten duplicar la cantidad de luz con una facilidad pasmosa. Eso sí, debes colocarlos con idea, frente a una ventana o a un espacio exterior y a la altura de los ojos. No menos importante es que tengan unas dimensiones proporcionales al espacio en el que los colocaremos.
Apuesta por los cristales
Los cristales, en cualquier tipo de versión, te ayudarán a conseguir luz. Suelen utilizarse en espacios poco iluminados como el baño o los pasillos, y cumplen con la función que nos interesa en este artículo cuando se colocan en puertas, ya sea ocupando todo el frontal o divididos en cuarterones. Si el perfil de la madera empleada es fino y de un tono blanco, mejor que mejor.
Dale todo el protagonismo al blanco
No hay un color más recomendable que el blanco para combatir la oscuridad de algunas habitaciones. Es un color que nunca pasa de moda y que encima ha evolucionado. Hoy en día es fácil encontrar botes de pintura con tonalidades blancas de lo más variadas, como por ejemplo el blanco hueso, que está muy de moda.
Limpia bien el suelo y las paredes
No es una tontería. La luz alcanza su máximo esplendor cuando se topa con objetos limpios y brillantes, todo lo contrario de lo que sucede en espacios sucios y oscuros. Deja que circule la luz y apuesta por superficies lisas y pulidas para tal cometido. Los suelos de gres y mármol pulido son los más reflectantes, mientras que los de madera pueden aportar mucho con un barnizado brillante.
Decántate por muebles de tonos claros
Al igual que a las paredes y al suelo les puede venir muy bien la brillantez y las tonalidades claras, con los muebles ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Hay que huir de maderas oscuras o de lacados como el negro. Lo mejor son las maderas claras y el lacado de color blanco. Aportarán luminosidad y frescura.
Básate en el «menos es más»
Es una de las máximas del minimalismo que deberíamos aplicar casi siempre, independientemente de que sea ese el estilo que reine en casa. Llenarlo todo de objetos innecesarios va en contra de esa sensación de luz natural que buscamos. Mantener el orden es fundamental, así que quédate con lo imprescindible para ganar amplitud y luz.
Decora con objetos brillantes
Los objetos brillantes tienen la gran virtud de contar con un efecto reflectante sobre la luz. Eso nos permite llevar la luz a espacios más bien oscuros sin tener que recurrir a grandes soluciones. Basta con elegir bien los objetos.
Crea espacios diáfanos
No le pongas trabas a la luz natural. Todo lo contrario. Apuesta por los espacios diáfanos como los que se pueden ver en los lofts, que si de algo pueden presumir es de luz en todos sus rincones. Piensa bien en cómo vas a distribuir los elementos de cada estancia antes de dar el paso.
La magia de los murales y los trampantojos
No ganarás luz natural de forma real, pero sí podrás crear una sensación de mayor amplitud si sabes utilizarlos. En habitaciones donde no hay ni una sola ventana pueden convertirse en la solución ideal, eso siempre y cuando te decantes por diseños hechos con colores claros.
Despeja las ventanas
No es bueno que las ventanas tengan dificultades para dejar pasar la luz. Con eso me refiero a que las cortinas, si no son lo suficientemente traslúcidas, pueden dificultarnos la labor. De la misma forma, no es nada bueno que justo enfrente de las ventanas haya muebles y objetos que entorpezcan el paso de la luz. Despéjalas al máximo y coloca cortinas que dejen pasar la luz sin dificultad.
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