¿Eres de los que durante el otoño y el invierno pisa el freno y se toma las cosas con calma? Pues será mejor que no te pierdas nada de lo que viene a continuación, ya que vamos a hablarte sobre un estilo decorativo que cuadra con tu estilo de vida. Nos estamos refiriendo a la llamada Slow Deco, una tendencia que sobre todo se centra en la actitud de la persona a la hora de decorar su hogar y no tanto en la decoración en sí.
El objetivo de la Slow Deco es lograr una vivienda tranquila y sosegada, en la que el tiempo parezca detenerse para permitirnos disfrutar de cada momento, ya sea en compañía o en soledad. ¿Te gustaría aplicar este estilo decorativo en tu hogar? Pues muy atento, ya que a continuación vamos a darte todas las claves de la Slow Deco.
Espacios abiertos
Si tienes ganas de dejar a un lado el estrés y recuperar las riendas de tu viva, puede ser una estupenda idea que a la hora de decorar tu hogar apuestes por la Slow Deco. Una de las claves de este estilo decorativo es la apuesta por los espacios abiertos y diáfanos. Por tanto, en la medida de lo posible deberás evitar puertas y tabiques en tu hogar.
Espacios poco recargados
Por otra parte, es importante que tengas en cuenta que para conseguir una casa Slow Deco es esencial no recargar los ambientes. Si recargas poco los espacios conseguirás que se vean más limpios y ordenados. Así, es imprescindible que introduzcas en las estancias únicamente las piezas esenciales que, por supuesto, deberán ser funcionales.
Potencia la luz natural
Otra de las claves para lograr una vivienda Slow Deco es potenciar la luz natural al máximo. Para ello, tendrás que prescindir de las cortinas o, en su defecto, mantenerlas abiertas siempre que sea posible. Si tienes que protegerte de miradas ajenas, entonces lo ideal es que apuestes por tejidos livianos en colores claros que dejen pasar la luz.
Materiales naturales
Como no podía ser de otra manera, la Slow Deco apuesta por los materiales naturales para decorar las diferentes estancias de la vivienda, ya que estos favorecen la calma y permiten crear ambientes cálidos y muy acogedores. Debemos destacar la madera natural, el mimbre, el ratán y tejidos como el lino y el algodón.
Colores neutros
En cuanto a colores, podemos decir que la paleta cromática del Slow Deco se parece mucho a la del estilo nórdico. Así, blancos, beiges y tonos tierra son protagonistas. Eso sí, el azul, que transmite relajación y tranquilidad, también juega un papel importante en este estilo decorativo.
Comunica el interior con el exterior
Por otro lado, si tienes la suerte de contar con espacios exteriores en tu vivienda, deberás hacer que las ventanas miren hacia ellos, es decir, tendrás que procurar contar con estancias con vistas. Además, te recomendamos abrir las puertas para comunicar las zonas interiores y exteriores.
Personaliza los espacios
También es muy importante que aportes tu toque personal a los espacios. Para ello, lo ideal es apostar por objetos muy personal y familiares, como regalos que recuerden al pasado o fotografías con un significado especial.
Aleja los aparatos eléctricos del dormitorio
Por supuesto, es esencial que alejes los aparatos eléctricos del dormitorio. Y es que, aunque creas que te ayudan a dormir, lo cierto es que interfieren en el descanso.
Rincones especiales
Por otra parte, es esencial que crees en tu casa rincones especiales en los que puedas relajarte, leer, descansar… En definitiva, lugares en los que puedas pisar el freno y escapar del estrés del día a día.
No te olvides de las plantas
Por último, debemos hablar de las plantas, imprescindibles en los ambientes Slow Deco, ya que aportan vida y un toque de color. Además, ya sabes los múltiples beneficios que proporcionan las plantas. Los descubrirás en nuestro artículo “8 razones para decorar con plantas”.