El estilo de decoración shabby chic recrea el encanto sencillo de una casa situada en el campo. Es una propuesta que fusiona lo antiguo con lo nuevo en un espacio que proporciona un viaje visual a través del tiempo. El origen de esta corriente se enmarca en Gran Bretaña. Es un diseño que pone en valor la belleza de lo imperfecto. Algunos muebles y artículos decorativos presentan un aspecto envejecido. Por ejemplo, la superficie desgastada de la madera se integra perfectamente en el hogar. ¿Cómo experimentar con el estilo shabby chic? En Decorablog compartimos algunas propuestas para inspirarte.
1. Textiles con estampado floral
Los textiles visten la vivienda y aportan un toque romántico a la atmósfera. El diseño floral es uno de los estampados que es típicamente característico del shabby chic. Es posible potenciar su presencia en cortinas, ropa de cama, cojines, cuadros y papel pintado. Pues bien, encuentra el equilibrio en la integración de los detalles florales.
2. Blanco y tonos pastel
La combinación de colores empleada para vestir la vivienda realza dos ingredientes principales: el blanco y los tonos pastel son representativos de una decoración shabby chic. Una fusión que realza la claridad en el interior. Por otra parte, es una base muy versátil que se transforma a nivel estético mediante la incorporación de pequeños detalles.
3. El valor de las antigüedades
Un mueble antiguo puede integrarse como un bonito punto focal en cualquier estilo decorativo. Sin embargo, se enmarca con especial sencillez en un diseño que mira al pasado. Por ello, las tiendas de antigüedades presentan un catálogo de muebles con una gran presencia visual. Un diseño heredado, que conserva la memoria de un pasado familiar, añade su propia historia al hogar.
Una vivienda con un look shabby chic fusiona lo antiguo y lo nuevo. Por ello, experimenta con ambas perspectivas, pero dirige la atención de manera intencional hacia aquellos matices que tienen un aspecto desgastado. Es decir, lo antiguo adquiere una mayor visibilidad en la primera impresión del lugar.
4. Flores bonitas: añade un toque de romanticismo
El estilo shabby chic posee un toque vintage y, también, una dosis de romanticismo. ¿Cómo potenciar este último ingrediente en el interior del hogar? La decoración con ramos de flores realza la conexión con la naturaleza. Y, además, pone el acento en detalles ornamentales que se integran en bellas composiciones. Por ejemplo, crea un conjunto de ramos formados por pequeños jarrones para adornar una mesa en el salón. El estilo shabby chic es, ante todo, muy personal. Por ello, puedes integrar tus flores preferidas en casa. Como ves, las flores, de distintos tipos y formas, están muy presentes (más allá de los textiles).
5. Busca la sencillez y evita el exceso ornamental
El estilo shabby chic recrea el ambiente de una casa situada en un entorno de naturaleza. Es un ambiente relajante que incrementa el bienestar personal. La sencillez es la nota característica de un lugar que evita el exceso decorativo propio de un escenario recargado. La proporción, la medida, el vacío y la armonía se integran en el interior.
6. Adorna las paredes con cuadros y espejos
La búsqueda de la sencillez invita a seleccionar cuidadosamente los accesorios y complementos. Pues bien, existen dos ingredientes que embellecen las paredes de una casa con inspiración campestre: los cuadros de temática natural y los espejos que reflejan matices con encanto. Elige piezas que den amplitud visual y claridad a las diferentes estancias.
Reinterpreta el estilo shabby chic para integrarlo desde tu punto de vista. Es decir, quédate con aquellos detalles que te encantan y descarta aquellas características que no te gustan. De hecho, puedes mezclar algunas propuestas con otros estilos decorativos.